La reforma laboral promete un nuevo escenario en España, pero hay aspectos en los que los cambios propuestos son más estéticos que estructurales o, al menos, de difícil aplicación. De hecho, los expertos no esperan que las nuevas limitaciones de la normativa en los contratos temporales dibujen grandes cambios en el sector del transporte y la logística, por lo que la temporalidad y la subcontratación serán siendo una parte intrínseca de la actividad. Incluso si estas prácticas han quedado seriamente limitadas en el nuevo texto.

De hecho, uno de los puntos estrella de la reforma laboral es limitar los contratos temporales y la subcontratación de servicios por parte de las empresas, reservando estas prácticas a causas y situaciones ocasionales, de naturaleza previsible y con una duración reducida y limitada a un máximo de 90 días. Sin embargo, estas condiciones apenas suponen cambios en el transporte y la logística, ya que al final los plazos y requisitos no afectan a la dinámica actual del sector, tal y como señalan los expertos.

Francisco Aranda, presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO) ha señalado que «no hay ninguna novedad para aquellos retailers, fabricantes o distribuidores que contraten la logística o el transporte con empresas especializadas, práctica que se está incrementando de manera notable en los dos últimos años». En este aspecto, se señala que el texto tendrá una mayor repercusión en sectores como la construcción, pero no tanto en la logística y el transporte como señalan los agentes sociales.

En este aspecto, Juan José Gil, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (FENADISMER) considera que «no afectarán de forma importante a nuestro sector. Es cierto que hay una apuesta por una mayor estabilidad en el empleo, pero la ley por sí sola no es suficiente. Se necesitan medios humanos para reforzar la inspección de Trabajo, porque de lo contrario no valdrá de nada. Al final, creo que se persigue más un retoque estético que estructural porque no ayudará a solucionar ciertos problemas, ya que la normativa está más pensada para las grandes empresas«.