Los grandes operadores del transporte consideran que la evolución económica española en el ejercicio 2024 será negativa, al menos en lo que se refiere a la demanda natural de servicios de transporte de mercancías por carretera. Ni las previsiones de una mayor inversión en el sector logístico sirven para modificar la sensación que comparten el 61,5% de los representantes de estos grandes operadores en la última encuesta realizada por la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) entre sus empresas afiliadas.

El sector del transporte de mercancías por carretera se encuentra en una situación compleja, con una débil demanda y un aumento considerable de los costos operacionales que no pueden trasladar a los clientes al existir una amplia oferta. Un escenario en el que la preocupación se centra en el aumento de los costes. El 96,2% de los grandes operadores pronostican que en 2024 se dará una subida significativa de los costes generales de operación, especialmente los operativos. Previsiones que incluso se pueden ver agravadas por las consecuencias de las protestas del sector agrícola en toda Europa.

Según la encuesta de ASTIC, sólo el 23,1% de los grandes operadores confían en que se de un crecimiento de la actividad durante 2024, mismo porcentaje que considera que la tendencia va a ser contraria. Con todo, donde sí hay un pensamiento unánime es en el citado crecimiento de los costes, ya que sólo el 3,8% de los encuestados consideran que no se va a dar un alza de costes importantes. El 77% de los representantes de los grandes operadores que sí pronostican un alza de los costes consideran que este aumento será entre el 5 y el 10%.

En un escenario en el que los costos de mano de obra, mantenimiento y reparación y de los neumáticos ha crecido más de un 20% durante los últimos tres años, lo cierto es que es difícil agarrarse a cualquier dato positivo. Por eso el 42% de los grandes operadores ven muy poco probable o poco probable que sus ganancias aumenten en 2024 respecto a 2023. De hecho, el 35% de las empresas creen que decrecerán. Sólo las intenciones de renovación de flota y las previsiones de una mayor inversión se pueden rescatar como cuestiones favorables.