Los principales gobernantes muestran su apoyo a los profesionales del transporte

La crisis por la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve realidades contrapuestas en torno al sector del transporte de mercancías por carretera. Por un lado, la labor de miles de profesionales del transporte ha sido puesta en valor gracias a su incansable trabajo para que la cadena de suministro no se detuviera en un periodo de excepción, algo que incluso han puesto de relieve los grandes líderes mundiales. Por otro, se ha podido ver una preocupante falta de cohesión en la toma de decisiones y adopción de medidas extraordinarias.

El trabajo de los conductores ha sido fundamental durante la pandemia de COVID-19 a la hora de asegurar el correcto suministro de alimentos, productos médicos y de primera necesidad. En pleno Estado de Alarma en España y de confinamiento en un notable número de países, los propios gobernantes han puesto de relieve este esfuerzo. Donald Trump, Emmanuel Macron, Angela Merkel, Xi Jinping, Scott Morrison -primer ministro de Australia- o Pedro Sánchez han valorado el papel crucial del sector, catalogando a los chóferes como protagonistas de una «segunda línea de defensa«.

Pese a las buenas palabras de los líderes políticos de Estados Unidos, Francia, Alemania, China, Australia y España, la realidad del sector del transporte de mercancías por carretera no puede respirar ese aire de positividad. No obstante, la crisis de COVID-19 ha puesto de manifiesto la falta de acuerdos y de una actuación común a la hora de tomar decisiones dentro de la Unión Europea. Y es que las medidas y exenciones a las reglas tomadas de manera individual por cada país han dificultado la correcta labor de los transportistas.

A la falta de cohesión en la reacción ante la crisis del COVID-19 y de un plan de acción común hay que sumar la lentitud en la entrega del material de protección -mascarillas y guantes- a los chóferes o la falta de una regulación real de las labores de carga y descarga. La propia situación económica del sector y la paralización de la actividad del tejido industrial termina de perfilar el enorme contraste entre las buenas palabras de los líderes políticos y la realidad de un sector en el que cientos de empresas y profesionales están con el agua al cuello.

No obstante, la pandemia de COVID-19 ha dejado grandes imágenes en torno al sector, pero que no deben ocultar que los chóferes, autónomos y empresas de transporte viven una situación precaria en muchos aspectos. La citada obligación de la carga y descarga por parte de los cargadores es quizá el problema más prolongado en el tiempo para los conductores, mientras que la ausencia durante muchos días de lugares donde poder tener las mínimas condiciones higiénicas ha sido el ejemplo de esta otra realidad durante la crisis. La falta de solidaridad de ciertos miembros de la sociedad, sin ser tónica habitual, tampoco se debe obviar a la hora de dibujar el escenario del sector.

Fernando Sancho

Redactor especializado en movilidad, transporte de mercancías por carretera y las actividades anexas al sector.

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