La Organización Europea de los Trabajadores del Transporte (ETF) ha iniciado una campaña de concienciación para poner de relieve el problema de la fatiga en los conductores profesionales dedicados al transporte de mercancías por carretera. Entre las acciones de esta campaña está una propuesta colaborativa en la que se pide a los chóferes profesionales que trasmitan sus experiencias en el desarrollo de su trabajo, sobre todo cuando se vieron obligados a realizar su labor sin estar suficientemente descansados o en forma.

Un reciente estudio realizado por ETF asegura que el 60% de los conductores profesionales de camión padecen fatiga al volante de sus vehículos de forma habitual. Si este dato ya de por sí es preocupante, un tercio de los conductores encuestados aseguraron que se habían quedado dormidos al volante en alguna ocasión. Tan grave como esto es que una parte mayoritaria del colectivo consideran que la falta de descanso y el sueño son parte del trabajo, asumiendo que para cumplir con su labor deben conducir en ese estado.

El problema principal es que la normativa de tiempos de conducción y descanso marca límites máximos de conducción y define de manera muy concreta los descansos que hay que hacer de forma obligatoria, pero no tiene en cuenta el estado de cansancio de los chóferes. Esto lleva a que empresas, cargadores y clientes se adapten escrupulosamente a estos horarios (en el mejor de los casos) y no tengan en cuenta que las necesidades de descanso de los conductores pueden ser otras.

Los propios testimonios de los conductores profesionales dejan ver que en ocasiones tienen que parar a descansar porque así lo indica el tacógrafo cuando no están fatigados y en otras ocasiones, para cumplir con los horarios, trabajan con falta de sueño y cansados. Al final, la conclusión es que los conductores trabajan largas jornadas y descansan poco, mal y fuera de sus horarios predilectos, lo que significa que no hay un equilibrio saludable entre trabajo y vida personal.