La falta de transposición de la Directiva comunitaria que modifica el régimen de IVA para pequeñas empresas y autónomos antes del 31 de diciembre del año pasado ha llevado a Bruselas a reprender a España por su actual régimen fiscal en este ámbito. La Comisión Europea ha dado al Gobierno español un plazo de dos meses para explicar cómo va a llevar a cabo la transposición de esta normativa.
La Directiva UE 2020/285, aprobada el 18 de febrero de 2020, introduce cambios en el régimen de IVA para pequeñas empresas y establece un nuevo sistema denominado «IVA en régimen de franquicia» o «IVA franquiciado». Este modelo ya está en funcionamiento en otros países europeos, pero no en España, a pesar de que el Ministerio de Hacienda había anunciado que sería aplicable a pequeñas empresas y autónomos con una facturación de hasta 85.000 euros a partir del 1 de enero de 2025.
Sin embargo, tras la fecha límite del 31 de diciembre de 2024, la Directiva aún no ha sido incorporada al ordenamiento jurídico español, lo que impide la aplicación del régimen de IVA franquiciado. Como consecuencia, los autónomos y pymes españoles continúan cotizando bajo el sistema de módulos, si cumplen los requisitos, o en estimación directa, un método más costoso para ellos.
Los principales afectados por esta situación son las pequeñas empresas y autónomos, que soportan una mayor carga fiscal y pierden competitividad frente a compañías de mayor tamaño o empresas similares en otros países europeos.
Según ha informado FENADISMER, Bruselas envió una carta al Gobierno español el pasado 31 de diciembre, advirtiéndole de que dispone de dos meses para informar sobre la transposición y aplicación de la Directiva en España, bajo la amenaza de posibles sanciones en caso de incumplimiento.
Además, el Gobierno aún no ha aclarado si los transportistas que facturen más de 75.000 euros podrán seguir en el régimen de módulos o deberán pasar a estimación directa. Esta incertidumbre resulta especialmente perjudicial para los autónomos, que no saben cuál será su carga fiscal en el trimestre en curso ni qué tipo de obligaciones administrativas deberán asumir. Mientras que el régimen de módulos es más simple, la estimación directa exige una contabilidad más detallada, con mayores exigencias documentales tanto en facturación como en gastos. De haberse implementado el régimen de IVA franquiciado, esta situación sería distinta.
Fuente: FENADISMER