Hace poco os hablamos del reciente estudio elaborado por la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) sobre la escasez de conductores profesionales de camión que sufre el sector del transporte de mercancías por carretera en Europa. Según los datos de la citada organización, en la actualidad faltan en torno a 233.000 conductores de camión para que la actividad pudiera desarrollarse sin alteraciones. Como resultado de esta situación, la mitad de las empresas de transporte tienen problemas para cubrir sus servicios o crecer.

El problema, en el fondo, no es la cifra actual, sino la que se puede llegar a alcanzar en unos años si la tendencia sigue igual. Según los cálculos de IRU, si la dinámica actual se mantiene en 2028 habrá una escasez de 745.000 conductores profesionales de camión. Esto es debido en gran medida a que un tercio de los chóferes en activo superan los 55 años, por lo que una gran parte de ellos se jubilarán en los próximos años. Además, la tasa de abandono del sector entre conductores más jóvenes sigue siendo alta.

¿Y cómo se soluciona el problema? Pues hay muchas aristas. En primer lugar, hay que facilitar y mejorar el acceso a la profesión, haciendo que el proceso sea más corto y menos costoso. En segundo término, hacer más atractiva la profesión desde el ámbito laboral y social. Mejorar las condiciones de trabajo, los salarios y el equipamiento es otro punto clave. De hecho, muchos de los empresarios del sector consideran que aumentar los salarios y las bonificaciones y la inversión en mejores vehículos son puntos clave para paliar esta situación.

También un punto a corregir es la presencia de la mujer en la actividad, ya que en la actualidad sólo el 4% de los conductores profesionales de camión son mujeres. Y este dato es a nivel de toda Europa, ya que en España este porcentaje se reduce en torno al 2%. Cifras que en el fondo no hacen más que reflejar los problemas estructurales de la actividad en torno a cuestiones clave como la conciliación familiar.