La falta de conductores profesionales de camión y en envejecimiento de los chóferes que están en activo es uno de los grandes problemas del sector del transporte de mercancías por carretera no sólo en España, sino a nivel global. La edad media de los conductores del sector cada vez es más elevada. Así lo ha puesto de manifiesto la Asociación de Transportistas de Guipúzcoa (Guitrans), alertando que la situación empieza a ser insostenible. De hecho, la edad media de los chóferes guipuzcoanos alcanza ya los 51,8 años de edad.

Este problema es sin duda el mayor desafío al que se enfrenta el transporte de mercancías por carretera. La cuestión es que lejos de mejorar la situación con las pocas medidas que se han tomado, lo cierto es que la envergadura de la problemática no deja de crecer. La edad media del gremio de los conductores profesionales de camión en Guipúzcoa es de 51, 8 años y ejercicio tras ejercicio va subiendo. En este sentido, los miembros de Guitrans consideran que 7 de cada 10 conductores profesionales en la región se jubilarán en menos de una década.

Cálculo realmente alarmante y que pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas urgentes para atraer nuevos profesionales al sector. Jóvenes talentos, mujeres y conductores de terceros países que puedan reconstruir el sector. Claro está que para eso se necesita que la profesión sea atractiva, el acceso sea asequible y las condiciones laborales adecuadas, todo dentro de un marco en el que las empresas deben conseguir que el transporte sea sostenible y rentable. Las exigencias en estos aspectos dibujan un equilibrio complicado, para ser sinceros.

Y es que las condiciones laborales de los conductores profesionales no mejoran tanto como para hacer atractiva la actividad en gran medida porque el sector del transporte de mercancías por carretera ha ido perdiendo márgenes de rentabilidad. Todo a fuerza de ir ajustando sus tarifas, asumiendo las subidas de costes y en muchos casos haciendo que los sueldos no sean tan atractivos como deberían ante una competencia feroz y, en ocasiones, desleal. La prohibición de participación del conductor en la carga y descarga sólo debe ser la punta del iceberg para conseguir un escenario realmente atractivo y de renovación generacional.