El Gobierno de Dinamarca y una amplia mayoría de los representantes del sector transportes del país han acordado un paquete de medidas para acabar con el ‘dumping social’ en el país. El objetivo final es que los conductores que manejan autobuses y todo tipo de vehículos de transporte de mercancías tengan un salario representativo acorde a la realidad del sector del transporte por carretera. Estas medidas serán aplicables a las empresas locales y a los transportistas extranjeros que realicen labores de cabotaje en el país.

Dentro del paquete de medidas aprobado por el Ejecutivo danés, varias afectan a los profesionales del transporte extranjeros. No obstante, las empresas de transporte extranjeras tendrán que inscribirse en un registro para que las autoridades danesas puedan controlar quién hace labores de cabotaje en el país y se pueda verificar, a su vez, que los conductores obtienen el salario adecuado. Un requisito que también se supervisará entre las empresas locales. De hecho, los transportistas daneses tendrán que acreditar el nivel de los salarios de sus conductores para obtener una licencia de transporte.

La policía, así como una autoridad administrativa creada para este fin, se encargarán de verificar que las empresas locales y las compañías extranjeras, cumplen con los requisitos que refleja esta nueva normativa. En este aspecto, los transportistas foráneos se exponen a multas de 10.000 a 35.000 coronas danesas si no envían la información pertinente sobre su actividad en el país a este nuevo registro o si no cumplen con el nivel salarial que estipula el Ejecutivo danés a partir de esta reforma.

La Agencia de Transporte danesa realizará todos los controles administrativos y la renovación de los permisos de conducir en las empresas transportistas locales. Con todo, este organismo también colaborará en el control de este ‘dumping social’, ya que en los últimos ejercicios ha crecido de manera notable los casos de conductores extranjeros que han realizado su trabajo en territorio de Dinamarca con salarios y condiciones de trabajo realmente precarias. De esta forma, existirá una competencia justa para las empresas transportistas danesas y las de origen extranjero mientras se lucha para evitar situaciones como el ‘caso Padborg’.