Los precios del transporte pueden crecer hasta un 35% en Europa por el aumento de los gastos

El sector del transporte de mercancías por carretera arrastra problemas históricos en un marco en el que vive una situación única. La combinación de la crisis económica como nacida de la pandemia de COVID-19, la falta de conductores y el aumento del precio del Diésel ha generado un escenario en el que existe una gran demanda de servicios de transporte, pero a su vez es difícil responder de manera rentable a los mismos por el aumento desmesurado de los gastos operativos. Y es que las condiciones económicas existentes en Europa son insostenibles.

La aparición de la pandemia de COVID-19 y la paralización de la economía en marzo de 2020 ha supuesto un duro revés para el transporte de mercancías por carretera. Sin embargo, la actividad no se ha detenido en ningún momento y la media de precios ha aumentado en consonancia a este esfuerzo. Sin embargo, este aumento de los precios del transporte no ha repercutido en mayores ganancias para los transportistas, ya que los gastos se han disparado mientras la economía global trataba de adaptarse a la creciente demanda. Una situación en la que el precio de las materias está en continuo aumento.

Esta tendencia se dibuja a la perfección en el precio del Diésel, ya que el valor del petróleo no ha dejado de crecer en los últimos tres meses. También ha aumentado la partida necesaria para cubrir el abastecimiento energético de las empresas. En general, la inflación supone un aumento de costes para todo y para todos por el aumento de los salarios, de los costes administrativos o del mantenimiento de los vehículos y semirremolques. De hecho, más de un 20% de los costes de las empresas de transporte están relacionados con el combustible, lo que demuestra los graves problemas operativos.

Dejando a un lado cuestiones paralelas como el encarecimiento del AdBlue o de los equipos de protección personal, las empresas han tenido que lidiar con un grave problema de falta de recursos humanos y de vehículos ante la escasez de conductores y la crisis de los microchips y semiconductores. En ambos casos el coste también ha aumentado. Sin embargo, el escenario al que se dirige la actividad dibuja un encarecimiento del transporte entre un 20 y un 35%, lo que supone una amenaza tanto para cargadores como para transportistas, ya que los operadores logísticos no son inmunes.

Fernando Sancho

Redactor especializado en movilidad, transporte de mercancías por carretera y las actividades anexas al sector.

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