Los transportistas de Ibiza, asfixiados por el aumento continuo de los fletes y la presión normativa

El sector del transporte de mercancías por carretera en Ibiza atraviesa una situación crítica. La escalada continuada de los precios de los fletes, sumada a una normativa que consideran injusta y desproporcionada, está poniendo en jaque la viabilidad de muchas pequeñas y medianas empresas.

Según denunció el presidente de la Asociación de Transportistas de la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza y Formentera, José Raya, la reciente subida de la denominada tasa de ‘zona seca’ ha sido el tercer incremento registrado en lo que va de año. “Se paga por metro y por trayecto y supone otro coste más que añadimos al flete. Con los márgenes con los que trabajamos, al cliente sólo le repercutimos una pequeña parte. La gente está que se sube por las paredes”, lamentó Raya.

El presidente detalló que los acuerdos de precios con los clientes, establecidos a inicios de año, ya han sido modificados en tres ocasiones: enero, marzo y ahora nuevamente en junio. “La gente está enfadada y se nota cuando llamas para comentar algo sobre precios”, subrayó. Esta inestabilidad se ve agravada por un sistema tarifario complejo que incluye tasas por distancia, tipo de mercancía, medios de transporte e incluso servicios adicionales como seguros o demoras.

En lo que va de 2025, los costes del transporte de mercancías han aumentado un 10%, mientras que los precios de las navieras se han disparado hasta un 25%, según estimaciones de la patronal. Raya denunció que “de esta última subida nos enteramos por sorpresa el pasado 27 de mayo y ya la tuvimos que aplicar el 2 de junio. Las mercancías deben llegar a Ibiza y uno, como cliente, puede cambiar de empresa, pero es que ésta también le aplicará la subida”. Cabe destacar que el flete representa hasta el 40% del coste total de una mercancía.

A estas dificultades económicas se suman los problemas derivados del uso obligatorio del tacógrafo, cuya aplicación en Ibiza ha sido fuente de numerosas quejas. Aunque la normativa europea permite excepciones en territorios insulares reducidos, Ibiza ha quedado obligada a mantener su uso, a diferencia de Formentera.

“Si un camión sube a un barco a las 9 de la noche, llega a Ibiza de madrugada y el conductor se dirige al polígono para descansar unas horas más, el tacógrafo indica después que durante ese periodo se ha movido el camión y, por lo tanto, el tiempo de descanso es insuficiente. El tacógrafo se está utilizando como una herramienta de recaudación, no para el control de las horas de descanso”, denuncian los transportistas. Las sanciones pueden alcanzar hasta 10.000 euros mensuales por empresa, una cifra que muchos no pueden asumir.

En marzo, el Partido Popular presentó una enmienda a la Ley de Movilidad Sostenible en el Congreso con el fin de solicitar la exención del uso del tacógrafo en Ibiza, una demanda histórica del sector.

Por su parte, navieras como Baleària y Trasmed han explicado que sus precios fluctúan según factores como la demanda, el tipo de barco o la antelación en la compra, y han señalado que la tasa derivada de la nueva regulación de vehículos será asumida temporalmente, aunque no descartan repercutirla a los clientes en el futuro. Las empresas de transporte de mercancías, no obstante, están actualmente exentas de esta regulación.

El escenario que dibujan los transportistas de Ibiza es el de un sector tensionado, sin margen de maniobra y con serias dificultades para mantener su actividad frente a la incertidumbre tarifaria y la presión normativa.

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