Coincidiendo con el tercer aniversario de la llegada de Emmanuel Macron a la presidencia del gobierno francés los sindicatos del transporte por carretera llaman a sus asociados a portar brazaletes negros y lucir banderas negras en sus camiones durante la huelga del próximo día 7 de mayo. 

El principal sindicato del transporte por carretera, el UFR-CFDT, ha pedido a todos los empleados adscritos al convenio colectivo nacional del transporte de mercancías y pasajeros por carretera (CCNTR) que paren el jueves 7 de mayo.

La organización hace un llamamiento a «las manos olvidadas al servicio de nuestra nación para mostrar un luto a gran escala. Mientras que el Estado ha concedido una bonificación a los funcionarios que están en primera línea frente a esta pandemia, ¿qué pasa con los soldados de la CCNTR«, cuestiona el sindicato.

«Todos estos trabajadores de ambulancias, camioneros, conductores de pasajeros, personal de logística y mensajeros, que se han movilizado desde el comienzo de la crisis para asegurar la continuidad de la vida económica del país, ya han soportado una pesada carga con no menos de 5.500 casos de Covid-19 declarados, incluidas 35 muertes«.

Por ellos y en señal de este duelo, la organización invita a los empleados a llevar «brazaletes negros» y a poner «banderas negras en los vehículos personales y profesionales con el fin de sensibilizar a la opinión pública para que el Estado dé un verdadero agradecimiento a todos estos empleados de segunda línea que están en primera línea«.

El sindicato ya había pedido al gobierno que ayudara a las empresas que no podían permitirse dar una bonificación a sus empleados. Por su parte, la CFTC instó al Secretario de Estado de Transportes Jean-Baptiste Djebbari a que garantizara el pago de una bonificación generalizada de 1.000 euros para los empleados de los transportes.

FO Transportes y Logística hizo otra petición, la de suspender el cabotaje. Se trata de la posibilidad de reservar temporalmente el transporte nacional por carretera a los transportistas con sede en Francia, a fin de proteger a las empresas de transporte muy debilitadas por la crisis sanitaria vinculada a la epidemia de Covid-19.