La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha lanzado una crítica contundente contra la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT), acusándola de ejercer una creciente presión fiscal sobre los autónomos y pequeños empresarios, que constituyen la base del tejido productivo nacional. La organización denuncia que, en los últimos meses, Hacienda ha intensificado el escrutinio sobre las deducciones fiscales, cuestionando prácticas hasta ahora legales y reduciendo porcentajes deducibles sin justificación.
Entre las medidas más polémicas, UPTA destaca que se están rechazando deducciones por el uso del vehículo profesional, incluso cuando este resulta indispensable para la actividad. También se han restringido las deducciones por manutención y el trabajo desde el domicilio habitual, y, sin previo aviso, se ha reducido del 7% al 5% el porcentaje deducible de los gastos de difícil justificación en el régimen de estimación directa simplificada del IRPF.
«Estamos ante una clara desproporción en el trato fiscal. Se persigue a quien menos medios tiene y se deja intactos a quienes más capacidad tienen de eludir sus responsabilidades», señala UPTA, en un comunicado que evidencia el malestar creciente en el colectivo de trabajadores por cuenta propia.
Según la organización, los autónomos y pequeños empresarios representan el 90% del tejido empresarial del país y son los principales generadores de empleo. Sin embargo, a pesar de tener una capacidad muy limitada para incurrir en fraude fiscal, están siendo sistemáticamente tratados como presuntos defraudadores. «Nos tratan como si fuéramos sospechosos por defecto, cuando somos quienes sostenemos gran parte de la economía de este país con nuestro esfuerzo y compromiso», añaden desde UPTA.
La crítica también apunta a la desigualdad en el trato fiscal frente a las grandes empresas, que disponen de estructuras complejas y asesoramiento jurídico para optimizar su carga tributaria. Según la organización, la media de tributación efectiva en el Impuesto de Sociedades de las grandes compañías no llega ni al 5% de su beneficio, gracias a mecanismos como compensaciones de pérdidas, inversiones u otros instrumentos de ingeniería fiscal.
Además, UPTA denuncia el incumplimiento por parte de la AEAT de los compromisos adquiridos con las organizaciones del sector. En particular, la no implementación del IVA franquiciado, que debía beneficiar a los pequeños empresarios, la falta de avance en la facturación digital y la ausencia de simplificación en los criterios fiscales aplicables a determinados sectores.
«No vamos a seguir avalando con nuestra presencia en espacios de diálogo donde no se cumple ni uno solo de los acuerdos», advierte la organización, que reclama una fiscalidad más justa, equitativa y adaptada a la realidad del pequeño tejido empresarial español.
Fuente: FENADISMER.