La campaña de Navidad y Sant Esteve llega con un ingrediente extra que puede complicar la operativa logística: posibles nevadas a partir de los 600 metros, con episodios puntuales que podrían bajar hasta los 500 metros. El escenario obliga a las empresas de transporte y a los conductores profesionales a afinar la planificación, especialmente en puntos críticos como el coll de la Panadella (A-2) y el coll de Ravell (C-25), además de las vías que atraviesan comarcas de interior y pre-Pirineo como Ripollès, Osona, Cerdanya y Berguedà.

Zonas más sensibles: pasos altos y ejes de conexión

En un operativo navideño marcado por desplazamientos y reparto intensivo, los pasos de montaña y los tramos elevados son los primeros en verse afectados cuando la cota de nieve desciende. La A-2 en la Panadella es un corredor clave entre Barcelona y Lleida/Zaragoza; la C-25 (Eix Transversal), por su parte, concentra gran parte del tráfico transversal de mercancías entre comarcas. Una nevada moderada puede traducirse en retenciones, reducción de velocidad, cierres puntuales o restricciones al tráfico pesado, especialmente si coincide con horas punta o con un incremento general de la movilidad.

Ripollès, Osona, Cerdanya y Berguedà, bajo lupa

La situación se vuelve más delicada a medida que nos acercamos a cotas más elevadas y zonas de montaña. En comarcas como Cerdanya o el Ripollès, la precipitación puede alternar lluvia y nieve, y la acumulación en calzada puede aparecer de forma repentina. En Osona y Berguedà, los tramos elevados y las carreteras secundarias pueden complicarse antes que los grandes ejes, lo que afecta a rutas de reparto, recogidas y retornos.

Se puede consultar la información en tiempo real en el siguiente enlace: https://cit.transit.gencat.cat/cit/AppJava/views/incidents.xhtml