Los carburantes se encarecen hasta un 2,6% y alcanzan máximos desde abril por la tensión geopolítica

Los precios de los carburantes han experimentado un notable encarecimiento esta semana, impulsados por la reciente subida del barril de petróleo en un contexto internacional marcado por la escalada de tensiones entre Israel e Irán. Esta situación ha llevado a los combustibles a alcanzar sus niveles más altos desde mediados de abril, según los datos publicados por el Boletín Petrolero de la Unión Europea.

En concreto, el precio medio del litro de diésel ha subido un 2,63% respecto a la semana anterior, situándose en 1,4 euros por litro, su nivel más elevado en los últimos dos meses. Se trata de la segunda semana consecutiva de incrementos para este carburante, que ya había mostrado signos de presión al alza en días previos.

Por su parte, la gasolina también ha experimentado un ascenso, aunque más moderado: el precio medio del litro ha aumentado un 1,7%, alcanzando los 1,488 euros, una cota que tampoco se registraba desde abril.

Este comportamiento al alza se produce en paralelo al repunte registrado la semana pasada en los mercados internacionales del crudo, donde el barril de Brent, referencia en Europa, llegó a superar los 70 dólares. No obstante, en los últimos días el precio del petróleo ha dado señales de estabilización, con el Brent cotizando este jueves ligeramente por encima de los 66 dólares y el barril de Texas (WTI) en torno a los 65 dólares.

A pesar de este repunte puntual, es importante recordar que durante la segunda mitad de 2024 los carburantes acumularon una tendencia bajista significativa. Desde julio hasta mediados de octubre, la gasolina llegó a abaratarse un 8,9% y el diésel un 9,2%, en gran parte por la moderación del precio del crudo y un contexto de menor demanda tras el periodo estival.

Sin embargo, «poco antes de la campaña navideña, los precios comenzaron una nueva escalada que se prolongó bien entrado 2025», según los datos recopilados. Aun así, en lo que va de año, el precio de la gasolina acumula un descenso del 3% y el diésel del 2,4%, lo que refleja una cierta contención en el cómputo global.

Los expertos recuerdan que el precio de los carburantes está condicionado por numerosos factores: la cotización específica de la gasolina y el gasóleo, que no siempre responde directamente a la del crudo; la presión fiscal; el coste de la materia prima y la logística; y los márgenes de distribución de las petroleras.

Además, «la evolución del precio del crudo no impacta de forma inmediata en los carburantes, sino con un decalaje temporal», lo que explica por qué las fluctuaciones en el mercado internacional tardan días o incluso semanas en trasladarse a los surtidores.

Este nuevo encarecimiento de los combustibles afecta directamente a los costes operativos del transporte de mercancías por carretera, un sector especialmente sensible a las oscilaciones del gasóleo, principal fuente de energía para la flota profesional española.

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