Un marco realista para medir y reducir emisiones en carretera
La Organización Mundial del Transporte por Carretera (IRU) reclama un formato de reporte climático más práctico y adaptado a cada modo de transporte tras una mesa redonda con responsables internacionales. El mensaje es claro: eficiencia operativa y transición energética deben avanzar de la mano, con métricas comparables y aplicables a la realidad de las empresas, especialmente pymes.
Contexto: NDC y necesidad de métricas accionables
En la última sesión del Grupo de Trabajo sobre Tendencias y Economía del Transporte, se debatió un modelo de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) específico para el transporte interior. IRU defendió que el modelo sea “sensible al modo y sub-modo”, de forma que los objetivos y medidas resulten claros, verificables y comparables entre carretera, ferrocarril o navegación interior. Sin una buena contabilidad, no hay buena descarbonización: las empresas no pueden invertir con seguridad ni las administraciones diseñar incentivos eficaces.
Lecciones desde una operación frigorífica real
IRU presentó un estudio de caso de transporte frigorífico en Oriente Medio que ilustra cómo las condiciones operativas cambian por completo el balance de emisiones. Entre los hallazgos:
- Un camión 100% eléctrico puede perder gran parte de su batería durante esperas prolongadas en frontera por el consumo del equipo de frío y el aire acondicionado de cabina, lo que pone en cuestión su viabilidad en ese perfil sin cambios de proceso.
- Con mejoras operativas —cruces fronterizos más ágiles mediante sistemas aduaneros estandarizados, aerodinámica, neumáticos y lubricantes de alto rendimiento— un diésel moderno puede lograr reducciones muy significativas de CO₂.
- Combinando esas eficiencias con electromovilidad y recortes sustanciales de tiempos muertos, la disminución de emisiones a lo largo del ciclo se dispara. La clave es atacar el uso y la operación, no solo la tecnología del vehículo.
Implicaciones para el transporte español y europeo
Para el transporte de mercancías por carretera en España, el mensaje es doble: planificar la transición energética con rigor operativo y exigir herramientas de reporte que reflejen la casuística real (temperaturas, perfiles de parada, esperas en plataformas, orografía, pesos, ADR, etc.). Las pymes —mayoría del sector— necesitan plantillas de NDC y guías de reporting asumibles, que eviten cargas burocráticas y prioricen medidas rápidas, coste-eficientes y verificables: eco-driving, neumáticos y presiones, mantenimiento predictivo, optimización de rutas, y digitalización de albaranes y tiempos de espera.
Políticas que suman, no que bloquean
IRU propone un mix de políticas que combine ganancias inmediatas (eficiencia operativa desplegable hoy) con la transición a combustibles y vehículos de bajas o cero emisiones a medio y largo plazo. Medir por sub-modos y por operación evita decisiones “café para todos” que elevan costes sin recortar emisiones reales. Además, agilizar trámites y pasos fronterizos —dentro y fuera de la UE— tiene un impacto directo en emisiones y competitividad.
