Desde el Sector Estatal de Carretera y Logística de FSC-CCOO, se ha respondido con contundencia a unas declaraciones de la patronal murciana FROET que califican de irresponsables y alarmistas.

FROET ha insinuado que una eventual reducción de la jornada podría generar problemas de desabastecimiento, un argumento que desde los sindicatos se tacha de infundado. “Hay que tener poca vergüenza para tratar de alarmar a la población afirmando que una reducción de la jornada puede generar desabastecimiento”, responden desde FSC-CCOO, asegurando que el proyecto de ley incluye una disposición para abordar esta cuestión mediante negociación colectiva y una reforma del Real Decreto 1561/1995, que regula las jornadas especiales en el transporte por carretera.

Esto implica que no se perderán días de trabajo y que la aplicación de la jornada reducida se ajustará mediante la negociación sectorial, desmintiendo así el discurso catastrofista de la patronal.

La realidad en la Región de Murcia, afirman desde el sindicato, muestra un panorama que explica por sí solo el abandono de la profesión por parte de miles de conductores. El convenio colectivo de transporte de mercancías por carretera lleva una década bloqueado, y uno de los principales escollos es la negativa de FROET a abandonar el sistema de retribución a destajo, es decir, el pago por kilómetro en forma de dietas, lo que mantiene a los conductores con la jornada máxima legal permitida y con un salario cercano al mínimo interprofesional.

La jornada efectiva actual alcanza las 1.826 horas y 27 minutos al año, distribuida de forma irregular, lo que representa la máxima flexibilidad legal. Además, buena parte de la retribución se camufla como dietas, evitando así cotizaciones a la Seguridad Social y reduciendo la contribución fiscal.

“Ya no pueden ni pagar menos salarios ni menos impuestos”, denuncian desde el sindicato. Sin embargo, a pesar de estas condiciones, FROET reclama subvenciones públicas para seguir manteniendo un modelo que ha llevado al límite la precarización. Según FSC-CCOO, el problema no es la falta de conductores, sino la negativa del empresariado a ofrecer condiciones laborales y salariales dignas.

A esta estrategia se suma la añoranza por prácticas pasadas. “Añoran los buenos tiempos cuando explotando a búlgaros y rumanos hicieron capital”, señalan con ironía desde el sindicato, acusando a FROET de querer importar mano de obra de países de África o Sudamérica, sin exigir requisitos como el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), y pretendiendo además que el coste de formación y traslado corra a cargo del Estado.

Para FSC-CCOO, esta política responde a un modelo de “anarcocapitalismo subvencionado”, que perpetúa la precariedad en lugar de contribuir a la dignificación de la profesión y a la modernización del sector.

Finalmente, el sindicato expresa su deseo de que la influencia negativa de FROET en el seno de la CETM y en el Comité Nacional de Transporte por Carretera se vea diluida tras la renovación de la dirección de la patronal estatal, abriendo paso a una nueva etapa más comprometida con los derechos laborales y el futuro del transporte por carretera en España.