Fenadismer exige rectificación al conseller por señalar al transporte

La reciente polémica generada en la Comunitat Valenciana ha situado de nuevo en el foco mediático al sector del transporte de mercancías por carretera. En esta ocasión, las acusaciones del Conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Luis Aguirre, contra los transportistas por la expansión de la peste porcina africana han provocado una contundente reacción de las organizaciones profesionales del transporte, especialmente de Fenadismer.

Contexto de las declaraciones sobre la peste porcina africana

Durante una comparecencia pública, el Conseller José Luis Aguirre señaló directamente a los transportistas como responsables de la propagación de la peste porcina africana, una enfermedad que preocupa seriamente al sector ganadero y a las autoridades sanitarias europeas. En sus declaraciones, el responsable autonómico de Agricultura apuntó a los vehículos de transporte de mercancías por carretera como principal vector de transmisión, sin aportar datos ni evidencias contrastadas que sustentaran tal afirmación.

Estas manifestaciones generaron un profundo malestar entre los profesionales del transporte, que vieron en esas palabras un intento de criminalizar a un sector que resulta esencial para el funcionamiento de la cadena alimentaria. El transporte por carretera es una pieza clave en el abastecimiento de bienes agrícolas y ganaderos y está sometido a una estricta regulación en materia sanitaria, especialmente en el ámbito de los productos de origen animal.

La respuesta de Fenadismer: exigencia de rectificación y disculpas

Ante la gravedad de las acusaciones, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) ha exigido de forma inmediata al Conseller que rectifique públicamente y pida perdón a los transportistas por unas manifestaciones que consideran injustas, irresponsables y carentes de rigor técnico. Según la federación, estas palabras no solo dañan la imagen del colectivo, sino que también pueden tener consecuencias económicas y sociales para miles de autónomos y pequeñas empresas de transporte.

Fenadismer recuerda que los transportistas cumplen de manera estricta con la normativa europea y española en materia de bioseguridad, tanto en el transporte de animales vivos como en el de productos cárnicos y derivados. Los vehículos están sujetos a controles, protocolos de limpieza y desinfección y a requisitos documentales precisos, especialmente en los trayectos internacionales o en zonas consideradas de riesgo sanitario.

Rigor y profesionalidad frente a la criminalización

La federación subraya que no se puede señalar a un sector profesional como “culpable” de una enfermedad animal sin base técnica. La peste porcina africana es una patología compleja, cuyo control requiere actuaciones coordinadas entre administraciones, ganaderos, transportistas y otros agentes de la cadena. Atribuir la responsabilidad principal a un único eslabón, sin análisis científico serio, no solo es injusto, sino también contraproducente para la gestión del problema.

En este sentido, Fenadismer recuerda que, en el ámbito de la Unión Europea, las estrategias de prevención de la peste porcina africana se basan en medidas integrales: control de movimientos, vigilancia sanitaria, protocolos de limpieza y desinfección, gestión de residuos, formación de los profesionales y colaboración transfronteriza. El transporte por carretera forma parte de ese esquema preventivo, pero no puede ser convertido en el chivo expiatorio de un reto sanitario de gran magnitud.

El papel esencial del transporte en la cadena agroalimentaria

Si trabajas en el sector del transporte de mercancías por carretera, sabes bien que tu actividad es esencial para garantizar el abastecimiento de alimentos tanto a nivel nacional como internacional. En el caso concreto del sector porcino, los transportistas intervienen en diferentes fases: traslado de animales a mataderos, distribución de carne y productos elaborados, logística de exportación, entre otras.

Por ese motivo, la relación entre ganaderos y transportistas suele estar basada en la colaboración y la confianza mutua. Ambos colectivos comparten el objetivo común de preservar la sanidad animal y la seguridad alimentaria, dado que un brote de una enfermedad como la peste porcina africana tiene impactos devastadores en toda la cadena de valor: desde las granjas hasta la logística y la distribución.

Fenadismer ha insistido en que los transportistas son aliados, no enemigos, en la lucha contra las enfermedades animales. Los profesionales del transporte asumen costes adicionales en tiempos de espera, desinfección de vehículos, formación específica y adecuación a nuevas normativas cada vez más exigentes. Todo ello con el fin de proteger no solo la salud animal, sino también la viabilidad económica de un sector estratégico para la economía española.

Exigencia de respeto institucional

Las declaraciones del Conseller de Agricultura han sido especialmente mal recibidas porque se producen en un contexto en el que el transporte de mercancías por carretera viene soportando una creciente presión regulatoria, económica y social. El sector ha tenido que afrontar en los últimos años incrementos de costes, restricciones operativas y nuevas obligaciones medioambientales, además de las consecuencias de crisis sucesivas en el ámbito energético y logístico.

Por ello, Fenadismer reclama que las autoridades públicas actúen con responsabilidad y respeto hacia un colectivo indispensable. Las instituciones, señalan, deben basarse en informes técnicos y en la evidencia científica antes de realizar afirmaciones que puedan dañar la reputación de miles de profesionales.

La federación también ha manifestado su disposición a colaborar con la Conselleria y con otras administraciones para reforzar los protocolos de bioseguridad en el transporte, siempre desde el diálogo y el reconocimiento del trabajo que ya se viene desarrollando. Lo que se rechaza de plano es cualquier insinuación que presente a los transportistas como principales culpables de una crisis sanitaria que, por su complejidad, exige un enfoque mucho más amplio y coordinado.

Una llamada a la responsabilidad y al diálogo

En tu día a día como profesional del transporte, seguramente percibes cómo la opinión pública y las decisiones políticas influyen de forma directa en tu actividad. Por eso, acusaciones como las vertidas por el Conseller no son un simple gesto desafortunado: pueden repercutir en la confianza de clientes, en la imagen del sector y en la adopción de nuevas restricciones que afecten al trabajo de autónomos y empresas.

Fenadismer ha dejado claro que no permitirá que se estigmatice al colectivo de transportistas sin fundamento, y por ello ha exigido una disculpa pública y explícita. Esta reacción busca no solo la reparación moral, sino también dejar sentado un precedente: las políticas públicas deben construirse desde el rigor, el diálogo y el respeto a todos los eslabones de la cadena de suministro.

En el trasfondo de este conflicto late un debate más amplio sobre cómo se percibe y se valora el transporte de mercancías por carretera. Las organizaciones del sector insisten en que, lejos de ser un problema, el transporte es parte de la solución en cualquier estrategia de seguridad alimentaria y sanitaria. Tu trabajo diario, sometido a controles y exigencias crecientes, es una garantía de que los productos agroalimentarios llegan a destino en condiciones adecuadas y conforme a la normativa vigente.

En definitiva, lo que está en juego no es solo una disputa puntual entre una Conselleria y una organización profesional, sino el reconocimiento del papel estratégico del transporte de mercancías por carretera en la economía y en la sanidad animal. Ante un desafío como la peste porcina africana, el camino no pasa por buscar culpables fáciles, sino por reforzar la colaboración y el respeto entre todos los actores implicados.

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