Elegir el camión adecuado: así influyen el TCO y las emisiones de CO₂

El TCO, cuestión de supervivencia para las pymes del transporte

¿Qué tipo de camión conviene comprar hoy para optimizar el coste total de propiedad (TCO) durante su primera vida útil? Esta fue la pregunta central de un reciente webinar en el que se compararon los costes y las emisiones de CO₂ de distintas cadenas cinemáticas de camiones en siete grandes mercados europeos de transporte de mercancías por carretera.

El coste total de propiedad (TCO) engloba todos los costes asociados a la compra, mantenimiento y operación del vehículo, y puede marcar la diferencia entre la viabilidad y el fracaso de una empresa. Esto es especialmente crítico en un sector en el que más del 90% de los operadores son pymes con márgenes extremadamente ajustados. Cualquier decisión de inversión en flota tiene, por tanto, un impacto directo en la competitividad y en la capacidad de crecer.

Regulación climática y presión sobre las flotas

En un contexto de creciente presión regulatoria para descarbonizar el transporte, los operadores se ven obligados a ir más allá del simple control de costes de combustible. Las medidas de eficiencia y el uso de combustibles alternativos se convierten en palancas esenciales para reducir las emisiones de CO₂, sin perder de vista la rentabilidad de cada kilómetro recorrido.

Hoy, los gestores de flota no solo deben preguntar cuánto cuesta un camión, sino también cuánto costará operarlo durante años bajo nuevas normas de emisiones, peajes vinculados al CO₂ y posibles restricciones urbanas.

Varios tipos de camión, múltiples escenarios de coste

Comparativa de tecnologías: diésel, eléctrico, GNC y HVO

En el mercado ya coexisten varias tecnologías de propulsión para vehículos pesados: diésel, eléctricos de batería, camiones a gas natural comprimido (GNC) y vehículos que operan con HVO (aceite vegetal hidrotratado).

El análisis presentado en el webinar, desarrollado junto con DKV Mobility y Dreev, se centró en qué opción resulta más interesante desde el punto de vista del TCO en cada país y qué potencial de ahorro de CO₂ ofrece cada tecnología, siempre en el contexto de esos siete grandes mercados europeos.

Entre los aspectos estudiados se incluyeron:

  • Principales impulsores del TCO, como el perfil de uso y propiedad del vehículo.
  • Componentes del precio del camión, inflación y costes financieros.
  • Coste de neumáticos, mantenimiento y reparación.
  • Tasas de matriculación e impuestos de propiedad.
  • Peajes y su posible vinculación a las emisiones.
  • Precio de los distintos combustibles y de la electricidad.

Más allá del combustible: eficiencia y optimización

El estudio también abordó cómo reducir emisiones mediante medidas de eficiencia, más allá del cambio de tecnología de propulsión. Aspectos como una mejor planificación de rutas, la optimización de la carga, la formación en conducción eficiente o la gestión inteligente de la energía en el caso de los eléctricos tienen un impacto directo tanto en el TCO como en la huella de carbono.

Del mismo modo, se analizaron estrategias para optimizar costes en los distintos mercados, combinando elección de tecnología, contratos energéticos, diseño de las rutas y uso de herramientas avanzadas de gestión de flotas.

En definitiva, el mensaje que se trasladó al sector es claro: la elección del camión ya no puede basarse solo en el precio de compra o en el diésel más barato, sino en una visión integral del TCO y de las emisiones de CO₂, adaptada a la realidad regulatoria y energética de cada país europeo.

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