La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) ha salido al paso del dato de aprobados en las pruebas de conducir —solo el 47% supera el examen en primera o segunda convocatoria— para aclarar que la cifra no mide la preparación de los alumnos ni la calidad docente, sino las carencias estructurales del sistema de evaluación que arrastra la DGT.
Un problema estructural, no pedagógico
Durante su intervención en el Congreso, el ministro del Interior recordó el 47% de aptos. CNAE subraya que ese porcentaje responde a cuellos de botella y falta de recursos: plantillas dimensionadas para un país de 40 millones de habitantes cuando España supera los 50 millones, y nuevos criterios europeos que reducen de 16 a 12 las pruebas por examinador y día, limitando la capacidad operativa de las jefaturas. No es una cuestión de enseñanza, sino de sistema.
Demoras que penalizan al alumno
Las esperas de meses para acceder a fecha de examen interrumpen la formación práctica, provocan pérdida de soltura y confianza al volante y costes añadidos por clases de refuerzo o nuevas tasas. Además, la ausencia de una formación mínima regulada facilita que algunos aspirantes se presenten sin estar listos, distorsionando la tasa de aptos y generando desigualdad.
Refuerzo de examinadores: un paso en la buena dirección
CNAE reconoce los avances de la DGT y el esfuerzo por reforzar recursos. En septiembre de 2025 se incorporaron 118 nuevos examinadores y está previsto un refuerzo adicional de 230 plazas: 100 de la OEP 2025 y 130 por ampliación de la RPT. Se trata de un refuerzo sin precedentes, fruto del diálogo técnico entre CNAE y DGT, que debe consolidarse para garantizar un servicio ágil y homogéneo en todo el país.
Las autoescuelas, pieza clave de la seguridad vial
Las autoescuelas garantizan que millones de ciudadanos accedan a la conducción con preparación y seguridad. Sustituir la formación profesional por vías improvisadas no ofrece garantías ni rigor y traslada el problema a la seguridad vial. El objetivo debe ser un circuito de examen eficiente, con plazos razonables y condiciones homogéneas.
“Un sistema justo, eficaz y seguro”
El presidente de CNAE, Enrique Lorca, lo resume con claridad: “reclamamos un sistema justo, eficaz y seguro, que garantice a los alumnos la posibilidad de examinarse en plazos razonables y en condiciones homogéneas en todo el país”. Con una mejor programación de la formación, añade, el porcentaje de aprobados aumentaría y mejoraría la seguridad vial.
Claves para el sector y la economía
Para un país que depende del transporte por carretera —tanto de viajeros como de mercancías, donde la disponibilidad de conductores es estratégica—, acelerar y homogeneizar los exámenes es esencial. Más capacidad examinadora significa menos esperas, menores costes para familias y empresas, y una transición más rápida de alumnos a conductores profesionales, favoreciendo la competitividad logística y la seguridad vial.