-
El límite de 200 litros genera tensiones en el transporte internacional por carretera
Los transportistas marroquíes que operan en rutas hacia Europa han manifestado su malestar por las sanciones impuestas en España debido a que sus camiones superan el límite de 200 litros de combustible permitido en el depósito. Según sus testimonios, las multas —que oscilan entre 300 y 400 euros o incluso más— se aplican principalmente en el puerto de Algeciras y deben abonarse de manera inmediata.
¿De dónde sale el “límite de 200 litros” para camiones que entran desde Marruecos?
Clave jurídica: una norma comunitaria, no (solo) un acuerdo bilateral
La fuente normativa primaria del límite de 200 litros de carburante en los depósitos “normales” de vehículos industriales (mercancías) está en el Derecho de la UE: la Directiva 85/347/CEE, de 8 de julio de 1985, que modificó la 68/297/CEE y uniformó la franquicia aduanera del carburante contenido en depósitos normales.
Esta directiva fija para los camiones una franquicia máxima de 200 litros por vehículo y por viaje (para autobuses, 600 litros). El texto habla de “admisión en franquicia” del carburante en los “depósitos normales” instalados de fábrica y utilizados directamente para la tracción (y, en su caso, para equipos frigoríficos). BOE
Cita breve (texto legal, extracto): “200 litros por vehículo y por viaje en el caso de vehículos aptos y destinados al transporte de mercancías.”
Repercusiones económicas para el sector marroquí
Los profesionales del transporte en Marruecos han expresado que esta práctica les genera un sobrecoste considerable. El hecho de tener que limitar la carga de combustible en origen les obliga a repostar en España, lo que implica gastar parte de sus reservas de divisas en el extranjero. “La continua aplicación de un acuerdo de hace más de treinta años preocupa al sector, ya que incumplirlo puede costarnos miles de dirhams”, señalan representantes de las asociaciones de transportistas.
La situación se agravó en 2020, cuando las autoridades españolas reactivaron el acuerdo bilateral de 1992, endureciendo los controles en frontera. Desde entonces, las multas se han convertido en un problema recurrente para las empresas de transporte internacional marroquíes, que se enfrentan no solo a sanciones económicas, sino también a retrasos en sus operaciones logísticas.
Ante este escenario, diversas voces del sector en Marruecos reclaman una revisión del acuerdo que permita adaptarlo a las actuales dinámicas del transporte internacional y reduzca la carga económica que sufren las empresas. Por el momento, las sanciones siguen vigentes, según establece claramente el acuerdo, y continúan siendo una fuente de fricción en las relaciones logísticas entre ambos países.