1 de septiembre de 2025 marcará un antes y un después en la gestión aduanera de la Unión Europea. Desde esa fecha, todos los operadores que introduzcan mercancías en territorio comunitario deberán presentar obligatoriamente una Declaración Sumaria de Entrada (ENS). Esta medida, que ya se aplicaba al transporte aéreo y marítimo, se extiende ahora al transporte por carretera y ferrocarril, afectando de lleno a miles de operadores logísticos internacionales.
El cambio se enmarca en la implantación definitiva del Sistema de Control de Importaciones 2 (ICS2), la gran apuesta de Bruselas para reforzar la seguridad en las fronteras y mejorar la evaluación de riesgos sobre la carga que accede al mercado único. La Comisión Europea defiende que la ENS permitirá identificar de manera anticipada los posibles riesgos vinculados a las mercancías, agilizando los controles y garantizando un comercio más seguro.
La preocupación del sector
Pese a la justificación oficial, el sector del transporte por carretera ha mostrado su inquietud. La Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha solicitado a la Comisión Europea una moratoria de seis meses, argumentando que “muchos países no están técnicamente preparados para implementar el sistema correctamente”.
Raluca Marian, directora de la IRU para la UE, fue clara en su advertencia: “A partir del lunes, presentar una ENS se convertirá en un auténtico lío burocrático para los operadores. Si los sistemas no están listos, ¿por qué esta maraña de trámites?”.
La patronal respalda el objetivo del ICS2, al que considera “esencial para la seguridad”, pero advierte de que su aplicación inmediata podría provocar “atascos en las fronteras y una saturación de las aduanas”. Según Marian, “un período de gracia de seis meses es la única manera de garantizar la seguridad jurídica y una transición fluida”.
La postura de Bruselas
Frente a las demandas de la IRU, la Comisión Europea mantiene una línea firme. Bruselas ha instado a las empresas a adaptarse de inmediato a los nuevos requisitos, que incluyen la recopilación precisa de datos de clientes, la actualización de los sistemas informáticos, la formación del personal y la superación de una prueba de autoconformidad que garantice la correcta conexión con el ICS2.
Para la Comisión, el nuevo sistema no solo incrementará la seguridad, sino que también favorecerá a medio plazo la eficiencia del transporte y el comercio, al permitir un control previo de las mercancías antes de que crucen las fronteras de la UE.
Un arranque vigilado de cerca
Mientras tanto, el sector logístico observa con expectación cómo se desarrolla la entrada en vigor del ICS2. La gran incógnita es si el nuevo sistema funcionará con la fluidez prometida por Bruselas o si, por el contrario, se materializarán las predicciones de la IRU sobre retrasos y colapsos fronterizos.
La realidad de las próximas semanas será clave para evaluar el impacto del ICS2 en la cadena logística internacional. Lo que está claro es que la ENS ha llegado para quedarse y los operadores de carretera y ferrocarril deberán adaptarse cuanto antes a un marco normativo que redefine el control aduanero europeo.