Las negociaciones en el seno del Consejo de la Unión Europea sobre la revisión de la Directiva de Pesos y Dimensiones se han convertido en un punto decisivo para el futuro del transporte por carretera en Europa. La Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha remitido una carta a los Estados miembros instando a alcanzar un acuerdo lo antes posible, subrayando que el retraso en las conversaciones amenaza con frenar los avances hacia los objetivos europeos de descarbonización, competitividad y conectividad.
La propuesta de la Comisión Europea plantea actualizar las normas de la UE sobre el peso y las dimensiones de los vehículos pesados. Según la IRU, se trata de una herramienta pragmática que permitiría obtener resultados inmediatos en materia de reducción de emisiones. Sin embargo, la falta de consenso en el Consejo mantiene paralizada una reforma considerada estratégica.
Raluca Marian, directora de Incidencia Política de la IRU en la UE, ha insistido en que la revisión “no trata solo del transporte por carretera, sino de hacer que todas las cadenas de movilidad y logística sean más eficientes y sostenibles en toda la Unión Europea”. A su juicio, las preocupaciones expresadas por algunos Estados miembros en relación con la infraestructura “pueden resolverse mediante un enfoque progresivo”.
Marian también rechazó las críticas sobre un posible “cambio modal inverso”, advirtiendo que “la logística solo funciona cuando los distintos modos de transporte se complementan, no cuando se enfrentan entre sí”.
Dos prioridades esenciales para la transición verde
El documento de la IRU subraya dos elementos prioritarios para que la revisión normativa cumpla su función. Por un lado, se encuentran los autobuses, autocares y camiones de cero emisiones, que requieren autorizaciones adicionales de longitud y peso debido al sobrepeso que generan las baterías y los sistemas de hidrógeno. De no introducirse estas excepciones, advierte la organización, estos vehículos seguirán en desventaja frente a los convencionales, ralentizando la transición verde del sector.
Por otro lado, la IRU defiende la necesidad de permitir el uso de vehículos de mayor capacidad en operaciones transfronterizas entre Estados miembros que así lo acuerden. En este sentido, la introducción de combinaciones de 44 toneladas y vehículos más largos del Sistema Modular Europeo (EMS) supondría una reducción de hasta un tercio en las emisiones de CO₂, además de contribuir a disminuir la congestión y abaratar los costes operativos.
Más allá del impacto medioambiental, la revisión de la Directiva también tendría un componente estratégico. Según la IRU, unas normas actualizadas reforzarían la competitividad económica y mejorarían la movilidad militar, incrementando la resiliencia del transporte europeo.
Expectativas de acuerdo en 2025
La Presidencia danesa de la UE ha manifestado su voluntad de alcanzar un acuerdo antes de que finalice el año, una ambición celebrada por la IRU. “Es hora de que el Consejo se mueva. Operadores, pasajeros, cargadores y ciudadanos necesitan este marco para garantizar un transporte más verde, eficiente y asequible”, declaró Raluca Marian.
El Parlamento Europeo ya ha adoptado su posición. Ahora, el Consejo debe cerrar su enfoque general para que puedan comenzar los trílogos y desbloquear así una reforma largamente esperada por el sector.