Mientras la Unión Europea se prepara para presentar su esperado Plan Industrial para la Automoción, las principales voces del sector del transporte por carretera ya han comenzado a marcar el rumbo. En Bruselas, responsables políticos y líderes de la industria del motor y del transporte se han reunido para debatir cómo debe diseñarse este plan para que sea realmente útil para las empresas, para la competitividad europea y para la transición energética.

Un encuentro clave en Bruselas sobre el futuro de la automoción europea

El foro, celebrado recientemente en Bruselas, reunió a altos representantes de las instituciones europeas, asociaciones sectoriales y empresas líderes de la cadena de valor de la automoción y del transporte por carretera. El objetivo principal fue intercambiar propuestas y posiciones antes de que la Comisión Europea haga pública su estrategia industrial para la automoción, una iniciativa que será decisiva para el futuro del transporte de mercancías y pasajeros en Europa.

En este contexto, la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) subrayó que el plan debe ser realista, aplicable y alineado con las necesidades operativas del sector. La entidad insistió en que la transición hacia vehículos de cero emisiones debe ir acompañada de políticas, infraestructuras y marcos regulatorios que permitan a las empresas seguir siendo competitivas y prestar servicios esenciales sin interrupciones.

La importancia de un plan industrial adaptado al transporte por carretera

Uno de los mensajes centrales trasladados por la IRU fue que el transporte por carretera es un pilar crítico para la economía europea y para las cadenas de suministro. Por ello, cualquier plan industrial para la automoción que se diseñe a nivel comunitario debe tener en cuenta la realidad concreta del transporte profesional de mercancías y pasajeros.

En el encuentro, los representantes de la industria recordaron a los responsables políticos que más del 70% del transporte terrestre de mercancías en Europa se realiza por carretera, y que un porcentaje muy elevado del movimiento de personas depende de autobuses y autocares, especialmente en zonas rurales y regiones poco conectadas por otros modos.

Desde la IRU se remarcó que la descarbonización del transporte comercial no puede abordarse únicamente desde el punto de vista tecnológico, sino también operativo y económico. Es decir, no se trata solo de desarrollar vehículos de cero o bajas emisiones, sino de crear un entorno que permita a las empresas adquirirlos, utilizarlos y mantenerlos en condiciones competitivas.

Transición energética: tecnología, plazos e inversión

Durante la reunión, los debates se centraron en la transición hacia tecnologías de cero emisiones, como los vehículos eléctricos de batería y los de hidrógeno, así como en el papel de los combustibles renovables. Los actores del sector insistieron en que el futuro del transporte comercial será necesariamente multimodal también desde el punto de vista energético: distintas tecnologías convivirán según el tipo de servicio, la distancia, la carga y la infraestructura disponible.

La IRU y otros representantes de la cadena de valor de la automoción recordaron que la renovación masiva de flotas requiere grandes inversiones y una planificación a largo plazo. Para que las empresas, especialmente las pymes del transporte, puedan dar este paso, se necesitan incentivos claros, estabilidad regulatoria y plazos realistas.

Además, se puso énfasis en que la disponibilidad de infraestructuras de recarga y repostaje adecuadas para vehículos pesados es todavía muy limitada en gran parte del territorio europeo. Sin un desarrollo acelerado y coordinado de estas infraestructuras, la introducción de vehículos de cero emisiones en el transporte de mercancías por carretera será lenta y costosa.

Infraestructura y marco regulatorio como ejes estratégicos

En el encuentro de Bruselas, múltiples voces coincidieron en que no basta con fijar objetivos climáticos ambiciosos; es imprescindible asegurar que existan las condiciones para cumplirlos. Esto implica que el Plan Industrial para la Automoción debe estar vinculado a otras políticas europeas, como las relativas a la red transeuropea de transporte (TEN-T), la política de cohesión y los distintos fondos de apoyo a la transición verde.

Por su parte, la IRU insistió en que las normas que afectan al transporte por carretera deben ser coherentes entre sí y evitar cargas administrativas innecesarias, que lastren la competitividad de las empresas europeas frente a otros mercados. También se destacó la importancia de coordinar la política industrial con la política de transporte y la de energía, evitando contradicciones en los objetivos o en los plazos.

El papel del transporte por carretera en la competitividad europea

Otro de los grandes temas abordados fue la dimensión económica y estratégica del transporte por carretera. Los participantes señalaron que el transporte comercial es esencial para el funcionamiento del mercado interior europeo, garantizando el suministro de bienes en todos los Estados miembros y la movilidad de millones de personas.

En este sentido, la IRU subrayó que si el coste del transporte aumenta de forma desproporcionada por una transición mal diseñada, esto impactará directamente en los precios de los productos y en la competitividad de las empresas europeas. Por tanto, se reclamó un enfoque equilibrado que combine ambición medioambiental con viabilidad económica.

Además, se puso sobre la mesa la necesidad de mantener y reforzar la posición de la industria europea de vehículos comerciales frente a la competencia global. Para ello, el futuro plan industrial deberá apoyar la innovación, la capacidad productiva y el desarrollo de nuevas tecnologías en el continente, evitando una excesiva dependencia de proveedores externos.

Cooperación entre industria y responsables políticos

Un aspecto reiterado durante la jornada fue la necesidad de un diálogo continuo y estructurado entre instituciones europeas, Estados miembros, fabricantes de vehículos, operadores de transporte y otros agentes de la cadena de valor. Solo a través de una cooperación estrecha será posible diseñar políticas que funcionen en la práctica y que tengan en cuenta la realidad operativa diaria del transporte por carretera.

La IRU valoró positivamente que la Comisión Europea escuche de primera mano las preocupaciones y propuestas del sector antes de finalizar su Plan Industrial para la Automoción. Esta escucha activa se considera esencial para construir un marco regulatorio equilibrado, que no solo impulse la transición ecológica, sino que también asegure el mantenimiento del empleo y la competitividad.

Expectativas ante la presentación del Plan Industrial para la Automoción

Con el trabajo preparatorio ya avanzado y tras este intercambio de alto nivel en Bruselas, la atención del sector se centra ahora en el contenido concreto que presentará la Comisión Europea en su plan. Las empresas de transporte, los fabricantes y el resto de actores esperan medidas claras que faciliten la inversión en nuevas tecnologías, el despliegue de infraestructura y la renovación de flotas.

Desde la perspectiva del transporte por carretera, existe una demanda clara de estabilidad normativa, apoyo financiero específico y coordinación entre políticas. Estos elementos serán determinantes para que tú, como profesional o empresa del sector, puedas afrontar con éxito los desafíos de la descarbonización y, al mismo tiempo, mantener tu competitividad en un mercado cada vez más exigente.

En definitiva, el encuentro entre responsables políticos y la industria en Bruselas marca un punto de inflexión en el diseño del futuro de la automoción y del transporte por carretera en Europa. Lo que se decida en el próximo Plan Industrial no solo afectará a fabricantes y grandes corporaciones, sino también a cada empresa de transporte que cada día pone sus vehículos en la carretera para mantener en marcha la economía europea.