Bruselas propone un “corredor rápido” para el movimiento de tropas: así afectará al transporte civil de mercancías

Un nuevo reglamento europeo para mover material militar… sobre la red civil

La Comisión Europea ha presentado una Propuesta de Reglamento para facilitar el transporte de equipos, mercancías y personal militar en toda la UE, apoyándose de forma masiva en la infraestructura civil de transporte: carreteras, ferrocarril, puertos, aeropuertos y vías navegables interiores. El texto, registrado como COM(2025) 847 final – 2025/0847 (COD), busca que los ejércitos europeos puedan moverse de forma mucho más rápida y coordinada, minimizando al mismo tiempo el impacto sobre el transporte civil.

Para el sector del transporte de mercancías por carretera y la logística, esto significa dos cosas: más reglas comunes cuando haya movimientos militares y más presión (pero también oportunidades) sobre la red y los operadores civiles.

Marco común para permisos y corredores militares

Autorizaciones únicas y digitalización

Uno de los ejes del reglamento es la creación de un marco uniforme de permisos para el transporte militar transfronterizo, tanto si lo realiza directamente un ejército como si lo hace una empresa civil contratada. Hoy, cada país aplica normas y formularios distintos, lo que genera retrasos, cuellos de botella y trámites duplicados. La nueva norma prevé:

  • Permisos permanentes (“standing permissions”) para operaciones “tipo”, no ligadas a un solo movimiento.
  • Procedimientos y plantillas armonizadas para solicitar autorizaciones y arreglos de tráfico.
  • La implantación antes de 2030 de un Sistema Digital de Información de Movilidad Militar, obligatorio para permisos, arreglos de tráfico y ciertos trámites aduaneros.

Para los operadores civiles, esto puede traducirse en procesos más claros cuando transporten carga militar, pero también en una trazabilidad mucho mayor de estas operaciones.

Corredores y “infraestructura dual” más preparada

El texto se apoya en los corredores de movilidad militar ya definidos sobre la red TEN-T, que se convertirán en auténticos ejes duales: civil y militar. Se priorizarán inversiones en “puntos calientes” (hotspots) para reforzar puentes, accesos a puertos, terminales ferroviarias o nodos logísticos clave, de forma que soporten convoyes pesados y movimientos rápidos de tropas.

Además, se introduce el concepto de “infraestructura estratégica de doble uso”, que deberá tener reglas más estrictas de resiliencia, ciberseguridad y control de propiedad, con especial vigilancia sobre inversores extranjeros.

EMERS: modo “emergencia militar” con prioridad absoluta

Autopistas y vías férreas al servicio de la urgencia

La propuesta crea el Sistema Europeo de Respuesta Reforzada de Movilidad Militar (EMERS), un mecanismo que el Consejo podrá activar en situaciones excepcionales: crisis graves, deterioro del entorno de seguridad o necesidad de transportes militares masivos.

Cuando EMERS esté activo, se prevén medidas muy relevantes para el transporte civil:

  • Permisos “automáticos”: bastaría una notificación del Estado solicitante a los Estados de paso.
  • Prioridad de acceso para los movimientos militares en todas las modalidades (carretera, ferrocarril, mar, aire, vías navegables), sin compensación económica a los usuarios civiles afectados.
  • Posible relajación de normas de tiempos de conducción y descanso para transportes militares por carretera, manteniendo un mínimo de seguridad.
  • Exenciones de restricciones por emisiones, calidad del aire o ruido, por ejemplo en puertos o aeropuertos.

En términos prácticos, esto puede traducirse en atrasos de trenes de mercancías, desvíos de camiones, cambios de slots en puertos y aeropuertos o uso prioritario de determinadas infraestructuras clave.

Solidaridad, pool de capacidades y papel de las empresas

El reglamento también prevé un “Solidarity Pool”, un pool europeo de capacidades de transporte y logística (vehículos, buques, aviones, medios de handling, etc.) que los Estados podrán compartir o contratar, incluyendo capacidad operada por empresas privadas.

Esto abre la puerta a:

  • Nuevas oportunidades de contratación para flotas especializadas o con activos aptos para uso dual.
  • Una mayor coordinación de grandes contratos marco con operadores civiles, con cláusulas de transparencia y mecanismos para evitar la doble reserva de recursos entre Estados.

Finalmente, cada país deberá designar un Coordinador Nacional de Transporte Militar Transfronterizo, interlocutor clave para coordinar permisos, priorizaciones y medidas en su territorio.

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