El robo de carga se dispara en EE. UU.: impacto millonario y lecciones urgentes para la cadena logística

El robo de carga se ha convertido en una crisis nacional en Estados Unidos y sus efectos ya se dejan sentir a lo largo de toda la cadena de suministro global. Un nuevo estudio del American Transportation Research Institute (ATRI) confirma costes anuales de hasta 6.600 millones de dólares para la industria —más de 18 millones de dólares al día—, una factura que asumen transportistas, operadores logísticos y aseguradoras. Según la investigación, los transportistas registran de media más de 520.000 dólares en pérdidas anuales por robos, mientras que los proveedores de servicios logísticos (LSP) superan 1,84 millones de dólares al año. Más primas de seguro, más retrasos y más precios al alza para el consumidor: el efecto dominó es evidente.

Cómo, dónde y por qué roban

El ATRI ha analizado datos aportados por flotas, LSP, aseguradoras y otros actores para identificar patrones sobre cómo y dónde se produce el robo, su coste real y qué estrategias de prevención funcionan. La conclusión es clara: los delincuentes combinan viejas técnicas —cortes de candados, asaltos nocturnos— con tácticas digitales avanzadas de suplantación de identidad, fraude y manipulación de sistemas.

Del candado al ciberengaño: el caso del tequila

Un reciente reportaje de “60 Minutes” ilustra la nueva frontera delictiva: dos camiones con un millón de dólares en tequila Santo Spirits (Guy Fieri y Sammy Hagar) desaparecieron sin violencia. Los ladrones se hicieron pasar por responsables de la empresa, redireccionaron la mercancía a un almacén falso en Los Ángeles y falsearon el GPS para borrar el rastro. Ni un arma, ni una persecución: pura ingeniería social y tecnológica.

Este episodio no es una anécdota. Según Verisk CargoNet, el robo “estratégico” —decepción, fraude y ciberataques para que el cargamento se entregue a los ladrones— ha crecido un 1.500% desde 2022. Además, las pérdidas aumentaron un 27% en 2024 y apuntan a otro 22% en 2025. Electrónica, alimentación, moda o bienes para el hogar: los criminales buscan productos de alta rotación y fácil reventa.

Qué funciona: cultura de seguridad y cooperación con la ley

El informe propone medidas concretas para frenar la ola de robos:

  • Impulsar una cultura de seguridad en transportistas y a lo largo de toda la cadena.
  • Fortalecer las alianzas con las fuerzas de seguridad y estandarizar protocolos.
  • Aprobar legislación modelo a nivel estatal con penas específicas por robo de carga.
  • Crear una agencia federal que centralice la denuncia y el análisis de incidentes.
  • Mejorar la gestión del riesgo asegurador, alineando coberturas con las nuevas amenazas.

CORCA: una respuesta legislativa en marcha

Para escalar la respuesta, asociaciones sectoriales reclaman que el Congreso apruebe la Combating Organized Retail Crime Act (CORCA), una iniciativa bipartidista que crearía un grupo de trabajo nacional y, sobre todo, un registro federal de robos de carga. Hoy la mayoría de datos son autodeclarados, lo que infravalora el problema y dificulta el despliegue de recursos.

Por qué importa también a Europa

Aunque el foco está en EE. UU., las redes criminales son transnacionales y comparten tácticas. Para los operadores europeos —incluida España—, la lección es inmediata: reforzar los controles de identidad digital, auditar a proveedores y subcontratas, verificar recogidas y entregas con autenticación multifactor, y compartir inteligencia operativa con autoridades y aseguradoras. La prevención es rentable: cada procedimiento robusto reduce minutos de incertidumbre que pueden costar millones.

Fuente: IRU

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.