La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (FENADISMER) ha solicitado al Ministerio de Transportes un incremento significativo en las ayudas al abandono de la actividad para transportistas, una medida de carácter social que permite la retirada anticipada de profesionales de mayor edad o en situación de invalidez.
En la actualidad, el presupuesto destinado a este plan asciende a 10 millones de euros anuales, una cifra que, según la patronal, resulta insuficiente para atender la demanda real. Con estos recursos, solo un 20 % de los transportistas solicitantes han podido acceder a la ayuda en los últimos ejercicios, dejando a la gran mayoría sin posibilidad de retirarse en condiciones dignas.
Por ello, FENADISMER reclamará que el importe destinado se duplique hasta los 20 millones de euros en 2026, aprovechando la inminente negociación de los Presupuestos Generales del Estado para ese ejercicio.
Un programa con más de tres décadas de trayectoria
El plan de ayudas al abandono de la actividad fue puesto en marcha por el Ministerio de Transportes en los años noventa. Desde entonces, se ha consolidado como un instrumento social clave para la reestructuración del sector del transporte por carretera, caracterizado por una alta presencia de pequeños empresarios de avanzada edad.
En ausencia de un marco regulado para la jubilación anticipada, estas ayudas han permitido que miles de transportistas se retiren progresivamente de la profesión, aliviando la presión sobre un sector marcado por el envejecimiento de su base empresarial.
De los 120 millones en 2009 a los 10 millones actuales
La evolución presupuestaria de este programa refleja con claridad la pérdida de apoyo institucional en los últimos años. Mientras que en 2009 se destinaron hasta 120 millones de euros, las partidas han ido reduciéndose de forma drástica, hasta llegar a los 10 millones actuales, que apenas permiten cubrir una fracción de las solicitudes presentadas.
Para FENADISMER, esta reducción sostenida compromete la eficacia de un plan que, además de su carácter social, cumple un papel estructural en la modernización del transporte por carretera. El relevo generacional en el sector se ve directamente afectado por la disponibilidad de estos recursos, ya que facilitan la salida de profesionales de edad avanzada y abren espacio a nuevas generaciones de transportistas.