En el transporte de mercancías por carretera, los palets de madera son un componente esencial del sistema logístico. No obstante, un informe encargado por la Asociación Española de Empresarios de Transporte Bajo Temperatura Dirigida (ATFRIE), elaborado por el catedrático Fulgencio Helenio Marín Iniesta, alerta sobre los graves problemas higiénicos, medioambientales, económicos y sociales derivados del actual sistema de intercambio de palets en la Unión Europea.
Más de 400 millones de palets se fabrican anualmente en Europa, lo que da cuenta de su importancia en la distribución de bienes, en particular de alimentos. En este contexto, los palets actúan como envase terciario, sosteniendo cargas que incluyen productos perecederos como frutas, verduras, productos lácteos y alimentos congelados. Sin embargo, su reutilización sin protocolos de higienización rigurosos los convierte en un vector de transmisión de patógenos.
“Existe un riesgo real de contaminación cruzada cuando un solo palet contaminado circula en un camión refrigerado, ya que las corrientes de aire pueden propagar microorganismos al resto de la carga”, señala el informe. El análisis microbiológico realizado sobre muestras reales de palets usados en el transporte de alimentos reveló niveles alarmantes de microorganismos aerobios y coliformes. En particular, los palets sucios presentaban concentraciones incontables de bacterias, lo que supone una amenaza directa para la seguridad alimentaria.
A través de técnicas de secuenciación genética de nueva generación (NGS), se identificó material genético de bacterias potencialmente patógenas como Pseudomonas, Paenibacillus y Acinetobacter. La ausencia de trazabilidad de estos palets agrava el problema, ya que impide localizar el origen de posibles brotes de enfermedades.
El informe también destaca los riesgos laborales y sociales del actual modelo de intercambio. Asimismo, este modelo ha fomentado el robo organizado de palets, llegando incluso a casos de violencia contra transportistas.
Desde el punto de vista ambiental, el transporte de palets vacíos y las estructuras que los soportan supone un sobrepeso de hasta 1.200 kg por vehículo, lo que incrementa el consumo de combustible y las emisiones de CO₂. Además, la falta de políticas eficaces de reciclaje representa una oportunidad perdida para reducir la huella ecológica del sector.
Frente a este escenario, el informe propone sustituir el sistema de intercambio por un modelo gestionado por empresas especializadas, que se encarguen de retirar, higienizar, reparar y etiquetar los palets con control de trazabilidad. Este sistema, ya en uso por parte de grandes operadores logísticos europeos, no solo solventaría los problemas sanitarios y logísticos, sino que también reduciría costes, fomentaría el empleo en la economía circular y mejoraría la competitividad del transporte por carretera.
“La sustitución del sistema actual por uno profesionalizado de alquiler e higienización de palets es no solo viable, sino también imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad del transporte europeo”, concluye el informe.
Con la entrada en vigor de las nuevas exigencias fitosanitarias (NIMF15), esta transformación no puede esperar más. El sector necesita un cambio estructural que combine eficiencia logística con responsabilidad sanitaria y medioambiental.