Dmitri Medvéded,primer ministro ruso, ha anunciado la ampliación del embargo de productos agrícolas a otros cinco estados europeos: Albania, Montenegro, Islandia, Liechtenstein y Ucrania.
A este último, Moscú, solo aplicará el veto si al final entran en vigor las clausulas económicas que el país firmó en el acuerdo de asociación con la Unión Europea y que fuerón la base de la actual crisis entre Occidente y Rusia.
“Adherirse a las sanciones es una decisión consciente, que significa estar preparado para asumir medidas de respuesta de nuestra parte“, ha señalado Medvédev.
Dicho paquete de sanciones impone restricciones de viaje y entrada en territorio de la UE, congelación de activos, además de restringir los servicios financieros que los bancos y los ciudadanos europeos pueden prestar a las más importantes entidades bancarias y compañías de hidrocarburos y de Defensa de la Federación Rusia.
Los países citados por Medvédev, según lo puntualizado por el jefe del Ejecutivo, “esgrimen como justificación que están obligados a aplicar las sanciones por los diferentes acuerdos que mantienen con la UE“.
El embargo ruso a las importaciones de carnes, pescados, productos lácteos, frutas y verduras entró en vigor en agosto, y ha sido prolongado hasta el verano del 2016.
Además, desde hace una semana, se halla en vigor un edicto firmado por Vladímir Putin que ordena destruir los productos que hayan entrado ilegalmente en Rusia, o que hayan sido confiscados en la frontera.
En total, unas 500 toneladas de alimentos han sido aplastadas por bulldózeres, incineradas o destruidas por otros métodos.