El ejecutivo de Francia ha anunciado que no aumentará los peajes en sus carreteras, tras alcanzar un acuerdo con las operadoras de las autopistas. En Enero se creó una comisión para estudiar la reforma o rescisión de los contratos de las concesionarias de las autopistas.
Así el gobierno se planteo una ruptura con las empresas en 2016, debido a un informe oficial que consideraba que los beneficios que obtenían las empresas eran excesivos.
Uno de los puntos acordados entre el Gobierno y las concesionarias es la inversión de 3.200 millones de euros que realizarán las empresas en la mejora de la red de autopistas, ya que, actualmente, el Estado francés no puede acometer estas obras debido a la presión de la UE para que reduzca su déficit presupuestario.
Además de estas inversiones de 3.200 millones, las concesionarias invertirán otros 500 millones de euros en proyectos de infraestructuras y de transporte durante otros tres años más y no habrá aumento de tarifas en 2015, una de las propuestas remitidas por los operadores al gobierno de Manuel Valls en diciembre de 2014.
En enero, y a raíz de una disputa sobre la fijación de precios, el Gobierno francés impuso una congelación de las tarifas que podría exponer al Ejecutivo a varias demandas de indemnización de los operadores de autopistas. Cada año, Francia establece un aumento en los peajes basándose en las discusiones con los operadores, la inflación y los niveles de inversión.